A algo tan habitual como la dilatación de las pupilas, se le conoce como midriasis.
Y, lo más común, es que la pupila se dilate cuando se expone a una situación de baja iluminación.
Según nuestros especialistas, cuando esto sucede, genera un incremento de fibras musculares que forman el iris. Por ello, podemos decir que se trata de una reacción automática que hacen nuestros ojos con la intención de controlar la cantidad de luz que entra en nuestro globo ocular. Un mecanismo de defensa.
¿Qué es la pupila?
Debemos saber que la pupila es un orificio diminuto con una función determinante en la visión, que no es otro que el de regular el paso de la luz que reciben los ojos hasta que llega a la retina, que es el espacio en que esta luz que viene de objetos se va a transformar en impulsos nerviosos que nuestro cerebro codifica y descodifica en imágenes que para nosotros significan algo.
Las causas más habituales son las siguientes:
- La falta de luz ambiental. Por ello se produce en zonas oscuras o mal iluminadas. En estos momentos las pupilas se dilatan.
- Estímulos emocionales también pueden provocarla. Si se producen cambios en los estados de ánimo (miedo, nervios, etc.) de forma brusca también se suele dilatar las pupilas.
- Por el consumo de drogas o alcohol y sustancias químicas también se producen la dilación de las pupilas, aunque también el efecto contrario, que se contraigan.
- Algunas enfermedades. Debemos tener en cuenta que puede ser también un síntoma de alguna enfermedad de carácter neurológico u oftalmológico. En ocasiones algunos daños cerebrales pueden ocasionar algún tipo de anomalía en neutras pupilas que pueden ocasionar lesiones graves en esta zona de los ojos. Por citar algunas, entre las patologías más habituales que pueden ocasionarla, encontramos las hemorragias cerebrovasculares, los tumores en ojos o cerebro o lesiones provocadas por algún traumatismo e, incluso, las dolencias como el glaucoma.