Es algo obvio, pero conviene recordar que, para ver es imprescindible que haya una cantidad de luz suficiente que alcance nuestros ojos.

En lugares oscuros o que estén poco iluminados, como puede ser una sala de cine o una habitación durante la noche, la cantidad de luz que recibimos es poca, pero, sin embargo, la mayoría de las personas somos capaces de actuar sin excesivos problemas.

Pero, debemos indicar que hay también un grupo importante de personas que, en espacios mal iluminados, no responden igual y su visión se ve muy mermada, impidiéndoles realizar cualquier tipo de actividad. Si pertenecemos a este grupo, lo más normal es que padezcamos la ceguera nocturna.

Síntomas y principales causas

El principal síntoma de la ceguera nocturna es que no somos capaces de ver en espacios oscuros o con poca iluminación.

Esta sensación se agudiza cuando las personas cambian de un lugar muy iluminado a otro que se encuentra a oscuras. Cuando pasamos del primer escenario al segundo, la pupila tiene que sufrir una adaptación para poder graduar la cantidad de luz que entra dentro del ojo, pero, en el caso de los que padecen ceguera nocturna, esta condición se agudiza.

Causas de la ceguera nocturna

Entre las causas más comunes relacionadas, tenemos algunas que no son curables, mientras otras a través de una seria de tratamientos permiten curarse o, al menos, reducirla.

Habitualmente, la ceguera nocturna está asociada a: la miopía, cataratas, la carencia de vitaminas A, retinitis pigmentaria, entre otras.

Si piensas que puedes estar padeciendo ceguera nocturna, ya que identificas que algunos de los síntomas aquí descritos son los que tienes, lo que debes hacer es acudir al oftalmólogo en Madrid para que realice una exploración y determine las causas de los síntomas. Una vez que confirme el diagnóstico, te recomendará el tratamiento que mejor se ajuste a tus necesidades.